La marcha nocturna de Bangkok es para vivirla. Salimos Yoli y yo por la zona de Kao San a tomar algo a un bar con música en directo y la gente comenzó a bailar y a animarse bastante.
Conocimos a dos japoneses la mar de marchosos..
Los personajillos que había en la estancia eran muy peculiares a la vez que simpáticos...
Entre canciones de Guns 'n Roses y cervezas se nos hizo un poco tarde, pero Yoli me convenció para ir a ver el espectáculo del 'ping-pong'.
Cogimos un tuk-tuk que nos llevó a un lugar apartado por las calles de Bangkok. Otros tuk-tuks descargaban en el mismo sitio más turistas, que resultaron ser españoles.
Conocimos a dos japoneses la mar de marchosos..
Los personajillos que había en la estancia eran muy peculiares a la vez que simpáticos...
Entre canciones de Guns 'n Roses y cervezas se nos hizo un poco tarde, pero Yoli me convenció para ir a ver el espectáculo del 'ping-pong'.
Cogimos un tuk-tuk que nos llevó a un lugar apartado por las calles de Bangkok. Otros tuk-tuks descargaban en el mismo sitio más turistas, que resultaron ser españoles.
Hubo discrepancias a la hora de regatear el precio ya que habíamos escuchado que el show no costaba más de 200 baths y nos pedían 600 B. Estábamos unas 12 personas en total que enseguida hicimos piña y cuando ya nos marchábamos nos enviaron a una persona para decirnos que accedían a cobrar 200 baths (con consumición incluida). La verdad es que ha merecido la pena (no voy a explicar aquí por qué), lo recomiendo 100%.
Al día siguiente teníamos que ir a recoger los visados a la embajada de Birmania por lo que, dejamos a Esther durmiendo y Yoli y yo nos levantamos algo más temprano.
Desayunamos con un francés que dijo ser diplomático (en Kao San???) e ir a la Embajada de Francia por lo que compartimos un tuk-tuk después de que varios taxis se negasen a llevarnos haciéndonos gestos como de encender un mechero con la mano. Otros decían que había mucho tráfico... En fin, cogimos un tuk-tuk que sí que accedió a llevarnos. Durante el viaje el francés no paraba de decirnos que estaba muy mal el panorama en Birmania: "No hay comida, no hay agua", decía y continuaba, "es muy peligroso ir y no creo que os den el visado"...Vaya qué ánimos, qué majo el chaval.
Al llegar caminando desde la Embajada de Francia hasta la de Birmania nos encontramos con el panorama:
dos camiones de bomberos, cámaras de televisión y algún turista esperando en la acera de enfrente a la entrada. El edificio de la parte posterior de los visados estaba totalmente calcinado y lo primero que pensé fue: "nuestros pasaportes están ahí adentro"...
Fuimos a la puerta principal a preguntar y lo único que nos dijeron fue: "venid mañana". ¿Cómo ibamos a ir mañana si tenemos que salir de Tailandia y además tenemos un vuelo para Yangon?
Otro señor de uniforme me dice que se han quemado muchos documentos... "¿los pasaportes?" le pregunto.
"No, los pasaportes no" responde y me quedo un poco más tranquila.
Hay 2 personas que parecen turistas así que nos acercamos a hablar con ellos. Son dos periodistas españoles que vienen a cubrir las noticias a Birmania. Aprovecharon y nos hicieron una entrevista breve que días más tarde apareció en el Periódico de Cataluña.
Foto que apareció en la noticia del incendio de la Embajada
de Birmania en Bangkok
A nuestra charla se unió Ben, un australiano genial, un católico que dedica su vida a ayudar a la gente por el mundo.
Terminamos tomándonos una coca-cola con él mientras los periodistas iban al hotel. Finalmente conseguimos los pasaportes con los visados y quedamos para cenar con los periodistas y Ben en Kao San Road.
Jordi, yo, Esther, Yoli, Ben y Flavio
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